Desde el siglo XIX, los fósiles comenzaron a ser restos o huellas de seres primitivos que desde décadas atrás se conservaron en las rocas aislados de oxígeno y resguardados porque en condiciones normales se hubieran descompuesto. Lo que se mantiene en las plantas es la lignina y la celulosa mientras que en los animales es el esqueleto y la dentadura.
Hallar cualquier tipo de fósil es muy importante ya que los científicos los estudian para reproducir la historia desde sus inicios, reuniendo datos y pistas sobre la multitud de organismos que tuvieron vida en épocas anteriores, por ejemplo, los dinosaurios.