Desde el siglo XIX, los fósiles comenzaron a ser restos o huellas de seres primitivos que desde décadas atrás se conservaron en las rocas aislados de oxígeno y resguardados porque en condiciones normales se hubieran descompuesto. Lo que se mantiene en las plantas es la lignina y la celulosa mientras que en los animales es el esqueleto y la dentadura.
Hallar cualquier tipo de fósil es muy importante ya que los científicos los estudian para reproducir la historia desde sus inicios, reuniendo datos y pistas sobre la multitud de organismos que tuvieron vida en épocas anteriores, por ejemplo, los dinosaurios.
Los paleontólogos son quienes estudian los fósiles y manifiestan que hay más de un tipo.
Fósiles petrificados
Los fósiles petrificados son aquellos restos duros de animales y plantas que mediante fenómenos de la superficie terrestre y del agua se transformaron en piedras. Este proceso de sedimentación no se detuvo en su momento, por eso cuando suceden desastres naturales se pueden encontrar más fósiles.
Fósiles congelados
Los fósiles congelados se encuentran en los lugares que siempre ha habido temperaturas muy bajas y lo más habitual es hallar animales enteros con piel y tejidos blandos.
Este tipo de fósil se crea en momentos muy especiales y los más conocidos se dieron en la Edad de Hielo, cuando el animal quedaba retenido en el barro, la brea o el hoyo y la temperatura bajaba velozmente, congelando al instante al animal.
Fósiles en ámbar
Los fósiles en ámbar son aquellos animales que antiguamente se vieron atrapados en bosques de coníferas porque los árboles segregaban un tipo de resina muy pegajosa la cual se fue robusteciendo, lo que dio lugar al ámbar. Más sencillamente, cualquier planta o animal se quedaba atrapado y podía estar resguardado de la descomposición, lo que derivó en poder mantenerse íntegro durante millones de años.
Este tipo de fósil se puede encontrar en cualquier parte del mundo pero es más fácil hallarlo en la zona del mar Báltico, un mar interior de agua salobre del norte de Europa. Actualmente, en algunos museos se encuentran esqueletos de insectos que contienen quitina.
Fósiles conservados en brea
La brea es un residuo pastoso de la volatilización fragmentada de petróleo y cuando llega a la superficie de la tierra no tiende a evaporarse y entonces se presenta como compacta. Los mamíferos antiguos como el mamut caían dentro de la brea porque lo confundían con agua y entonces se quedaban apresados ahí.
Uno de los fósiles conservados en brea más conocidos está en América del Norte, concretamente en California, en el Rancho la Brea.
Fósiles por impresiones o huellas
Los fósiles por impresiones o huellas son los que están formados por pasos de animales o plantas que a lo largo de los años se han quedado grabados en el suelo. Es cierto que para conseguirlo es necesario emplear barro o arcilla natural y no cualquiera se da cuenta de este tipo de fósiles pero en los museos están bien indicados.