El aceite proviene del árabe hispano azzayt que significa “jugo de aceituna”, pues es un líquido de origen mineral, vegetal o animal con una consistencia viscosa e insoluble en el agua, teniendo en cuenta que en química es un triglicérido de glicerol. El cuerpo humano necesita ácidos grasos como combustible para las células, formación de tejido conjuntivo y producción de vitaminas y hormonas, y todo ello se puede conseguir gracias al aceite.
También es muy habitual utilizar el aceite en la gastronomía, ya sea para unir ciertas preparaciones como para ofrecerles una mayor consistencia y sabor a los alimentos, eso sí, debe permanecer en estado líquido a temperatura ambiente.
No dudes en seguir leyendo para descubrir los tipos de aceites que existen.
Aceite de oliva
El aceite de oliva es una grasa líquida que se obtiene de las aceitunas y se conoce por ser un ingrediente fundamental en la dieta mediterránea. El aceite de oliva virgen y el aceite virgen extra son dos de los más utilizados en la gastronomía, aunque también se usan como tratamiento para el cabello y cuero cabelludo.
Aceite de girasol
El aceite de girasol proviene de una semilla oleosa de la planta de girasol. Se trata de una fuente de vitamina E y un potente antioxidante esencial para el organismo. Tiene diversos usos como producir biodiésel de automóviles o freír alimentos al resistir al proceso de saturación de hasta 180 ºC.
Aceite de soja
El aceite de soja, a veces denominado también aceite de soya, se consigue gracias a las semillas de Glicina max, una especie de la familia Fabaceae o familia de las leguminosas. Se conoce por ser el aceite más producido en el mundo entero y es muy rico en ácido oleico y linoleico, además de tener una proporción muy buena de ácidos grasos insaturados. Se hace uso de él en la cocina para ensaladas, elaboración de margarinas y shortenings vegetales.
Aceite de palma
El aceite de palma es un aceite de origen vegetal que proviene del cultivo de la palmera, más concretamente del prensado de la semilla del fruto de dicha planta. Si está crudo es una rica fuente de vitamina A y de vitamina E, pero su perfil lipídico ha llevado a que se consuma de forma moderada.
Aceite de maíz
El aceite de maíz se extrae del germen de maíz y al romperse se consigue el aceite que, a su vez, tiene que pasar por un proceso químico y mecánico para que las personas lo puedan consumir. Es muy popular por su alto nivel de conservación, ya que con el paso del tiempo no coge amargor, y también es ideal por el sabor que ofrece a los alimentos. Destaca su elevada cantidad de vitamina E, así como de ácido oleico y linoleico.
Aceite de coco
El aceite de coco es un aceite vegetal, conocido también como manteca de coco.
Se consigue a través de la pulpa del propio coco que, a su vez, pasa por un proceso del que se extrae el aceite de coco virgen 100%. Normalmente se utiliza en la pastelería, pero también es un compuesto de especial relevancia en la cosmética desde hace unos pocos años.