El vocablo paciente proviene del latín patiens, participio del verbo patior que significa sufrir, por eso se dice que el paciente es aquel individuo que sufre la acción de un agente, que puede ser una enfermedad o un accidente, es decir, un dolor físico o psíquico, lo que conlleva a necesitar asistencia médica. En términos sociológicos y administrativos, es el que recibe los servicios de un experto en la salud para someterse a un análisis, un tratamiento o una operación.
Este concepto parece que sugiere que el paciente queda en manos del profesional de forma pasiva, debiendo solo acatar, pero realmente debe estar activo para ayudar en su recuperación y así mejorar su estado de salud lo antes posible.